Nuestra región esconde en su interior la mayor densidad de cuevas con arte rupestre del mundo, más de 70 con pinturas en sus paredes.
De todas esas cuevas, 10 han sido declaradas, nada menos que Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, lo que convierte a Cantabria en la región por excelencia para visitar arte rupestre.
Encabezadas por Altamira, que es considerada la capilla sixtina del arte rupestres las otra son El Castillo, Monedas, Chimeneas, Hornos de la Peña, Covalanas, El Pendo, Chufin, La Garma y La Pasiega.
Altamira se encuentra en Santillana del Mar y es una de las cuevas rupestres en Cantabria con representaciones artísticas más importantes de la prehistoria en el mundo. Debido a su conservación la cueva original solo puede visitarse con unas condiciones muy estrictas, pero para que todo el mundo pueda conocer su historia, se construyó un museo con una réplica exacta de las cavidades: la neocueva de Altamira.
De Altamira nos vamos a Puente Viesgo, en plenos Valles Pasiegos, en concreto al Monte Castillo que contiene en su interior cuatro cuevas con arte prehistórico El Castillo, Monedas, Chimeneas y La Pasiega.
El Castillo fue excavado a principios del S.XX y destaca por su gran variedad de técnicas, temas y estilos. Aplicados todos ellos durante más de 25.000 años, lo que permitió establecer la primera secuencia temporal del arte paleolítico en España.
Seguimos en Monte Castillo y llegamos a las Monedas. Hace 12.000 años los últimos cazadores-recolectores que poblaron la Cornisa cantábrica dibujaron en una pequeña sala y con carbón, los últimos animales del clima frío que habitaron esta región antes de su extinción. Su recorrido interior te sorprenderá por el verdadero tesoro geológico que contiene la cueva, constituido por espectaculares formaciones calcáreas.
La Pasiega es la cueva con mayor número de representaciones de toda la Península Ibérica pero no es visitable actualmente por razones de conservación.
Nuestra última cueva de Monte Castillo es la Cueva de Las Chimeneas que fue descubierta en 1953 y que tampoco es visitable. Tiene varios paneles de grabados y el conjunto de pinturas negras se sitúa en el fondo de una sala.
Nos trasladamos hasta Ramales de la Victoria, a la cueva de Covalanas. Su ubicación es excepcional, y sus vistas desde la entrada a todo el valle son un aliciente más para visitarla. Las ciervas, el uro y un caballo representado son de gran realismo y belleza, al estar dotadas de movimiento. Fueron realizadas hace 25.000 años y representan las manifestaciones más antiguas del arte puntillista.
El Pendo es nuestra siguiente parada y está ubicada en Camargo. No fue hasta 1997, que se descubrieron las pinturas rupestres de las que destacan sus ciervas rojas de gran expresividad escénica y un caballo situado en medio de la composición.
Seguimos nuestro recorrido y nos vamos hasta la cueva de Hornos de la Peña, en San Felices de Buelna, conocida por sus grabados rupestres. Su vestíbulo fue lugar de habitación para los últimos grupos de Neandertales que poblaron el Norte peninsular y los primeros Homo Sapiens que habitaron Cantabria. En la actualidad esta cueva se pude visitar, pero en grupos muy reducidos, dada la capacidad del espacio interior.
La última cueva visitable de las declaradas Patrimonio de la Humanidad es Chufín. ubicada en Riclones. La cueva del Moro Chufín debe su nombre a este personaje que según cuentan las gentes del lugar, ocultó un tesoro en el interior de la misma. Aunque su verdadero tesoro son las pinturas rojas que decoran su techo elevado y los grabados exteriores, situados en el vestíbulo (algo poco frecuente en el arte rupestre del Norte peninsular).
Terminamos con una de las joyas de la corona, La Garma ubicada en la localidad de Omoño. Esta cueva sigue en periodo de investigación y excavación arqueológica, por lo que no es visitable al público general. Lo que sabemos hasta ahora es que hay un gran número de manifestaciones artísticas, tanto pinturas como grabados, así como tres yacimientos con restos de distintas épocas.