El patrimonio histórico-artístico de los valles de Campoo y Valderredible refleja el carácter fronterizo de esta zona, con vestigios de enfrentamientos entre cántabros y romanos. El inicio de la Reconquista y la cristianización nos dejará las ermitas rupestres de Valderredible, atribuidas al siglo IX y las colegiatas románicas de Cervatos y San Martín de Elines.
Las ermitas rupestres, el románico, las pinturas murales o los imponentes retablos son sólo algunos de los atractivos culturales que el viajero descubrirá en el sur de Cantabria: una zona desconocida hoy pero clave en tiempos pasados
Esta arquitectura datada entre los siglos que van VIII al X se caracteriza por estar excavada en la roca (piedra arenisca) se atribuye a los mozárabes, cristianos que vivían en territorio árabe que se sublevan y huían a refugiarse en las montañas del norte, la construcción de estas cuevas.
Arroyuelos, Santa Maria de Valverde, son las más representativas de esta peculiar arquitectura religiosa.
San Martín de Elines, San Pedro de Cervatos son los ejemplos de las primeras construcciones románicas de Cantabria.
Pero además toda ruta cultural tiene que tener un componente gastronómico y no podemos dejar nuestro recorrido por el sur de Cantabria sin un exquisito almuerzo en cualquier restaurante de la zona. Los platos de cuchara son sin lugar a dudas un imprescindible: las ollas ferroviarias de carne con patatas o de alubias o las carnes y las setas de temporada harán las delicias de los paladares más exigentes.
Y en cuanto a la naturaleza esta zona se compone de paisajes impresionantes y de belleza inigualable, las sierras de Peña Labra y El Cordel de más de 2.000m, dominan el paisaje el nacimiento del Ebro en Fontibre, las profundas hoces de este mismo río a su paso por Villaescusa, el entorno del pantano del Ebro ofrece al visitante la posibilidad de recórrelo a pie o en coche.